|
Placa de azulejos de la Calle de la Espada. Taller de Alfonso Ruiz de Luna |
La
Calle de la Espada es una vía urbana ubicada en el Barrio de Embajadores, en
Madrid. Mide 115 metros, y recorre la distancia entre la Plaza de Tirso de
Molina y la Calle de la Esgrima. La historia viene del siglo XVII en el que
allí existía una casa conocida por la Casa del Inquisidor. En ella un maestro
de esgrima tenía alquilado el patio interior en el que impartía su oficio. Por
ese motivo decidió colgar de una cadena, una gigantesca espada, en el exterior
de la casa, como reclamo para que los viandantes pudieran localizar su negocio.
|
De la Verdadera Destreza Jerónimo Sánchez Carranza, 1569 |
En aquellos tiempos, la escuela española de esgrima con
espada ropera era denominada Verdadera Destreza y se fundaba en las bases
teóricas establecidas por Jerónimo Sánchez de Carranza en su obra De la
Filosofía de las Armas y de su Destreza y la Aggression y Defensa Cristiana,
publicada en 1569. Dichos principios fueron recogidos y perfeccionados por Luis
Pacheco de Narváez, maestro de armas de Felipe IV de España, que publicó hasta
once tratados de esgrima, siendo los más relevantes el Libro de las grandezas
de la espada (1600), Cien conclusiones sobre las armas (1608) y Nueva Ciencia y
Filosofía de la destreza de las armas (1632). Otros tratados importantes fueron
el Compendio de los fundamentos de la verdadera destreza (1672) de Fco. Antonio
de Ettenhard o Nobleza de la Espada (1702) de Fco. Lorenz de Rada.
|
Fco A. de Ettenhard, Compendio de los fundamentos de la verdadera destreza, 1672 |
A
pesar de que nuestro instructor de esgrima tenía célebres alumnos, como la
familia Lope de Vega, su situación financiera no era demasiado boyante, por lo
que cuando el dueño del edificio decidió tirarlo abajo para construirlo de
nuevo, se quedó con aquella gigantesca espada rapière (o ropera, arma de
dimensiones considerables ya que algunas hojas superaban largamente el metro de
longitud) que en teoría había pertenecido a un par de Francia, como pago de una
deuda contraída con el maestro.
|
Nobleza de la Espada, Fco. Lorenz de Rada, 1705 |
Al
parecer las obras fueron paradas por un litigio que el propietario mantuvo con
los frailes de la Merced, sobre la medianera del edificio que intentaba
demoler. Por tal motivo la espada quedó suspendida en aquel corral que "tomó la
denominación de corral de la espada" (Fernández de los Ríos. Guía de Madrid,
1876.) y de ahí pasaría a nombrarse la calle de la Espada. El maestro de
esgrima mientras tanto, y dado que no quería perder a su clientela, convenció a
un anciano vecino mercader de libros que le alquilara, por veinte ducados al
año, un patio abierto de su propiedad, muy próximo al lugar donde había estado
dando sus clases.
|
Le duel à l´épée , Jacques Callot (1592-1635) |
El
sonido de los aceros chocando provocó pronto que los residentes más curiosos se
agolparan en la tapia del patio, para ver las clases que impartía el maestro.
Pronto la algarabía de gente provocó que la calle fuera conocida a partir de
entonces como la calle de la Esgrima y que las calles aledañas se llenaran de
aficionados para medir sus habilidades con la espada con los alumnos del
afamado maestro entre los que se encontraban, por ejemplo, los pajes del duque
de Lerma, valido de Felipe III.
|
Placa de azulejos de la Calle de la Esgrima. Taller de Alfonso Ruiz de Luna |
Esto provocó que las autoridades se vieran obligadas a
impedir el paso a la zona de cualquier persona armada que no estuviera
relacionado con la escuela. Y de aquella escuela quedó el nombre a la calle,
calle de la Esgrima que nace en la vecina calle de Jesús y María y termina en
la calle Mesón de Paredes, anticipo del muy castizo barrio de Lavapiés.
|
XII Duque de Alba por Anton Raphael Mengs, 1769 |
Años después, el maestro de esgrima cerró su escuela, pero
su recuerdo quedaría aún para la posteridad tanto por el nombre de ambas calles
como por la espada inicial, la cual estuvo muchos años más colgada de su
cadena, hasta que el duodécimo Duque de Alba, Fernando de Silva y Álvarez de
Toledo, hombre ligado a la cultura, decidió comprarla e incluirla en su
colección personal, atraído por el carácter histórico del arma...
No hay comentarios:
Publicar un comentario